Nombre común: jade enano, jade hembra.
Origen: África
 
Originario de África, el Jade Enano es un pequeño árbol o arbusto de hasta 3m de altura de madera suave y carnosa. El Jade tiene un tronco grueso y una estructura fina de ramas con hojas ovales verdes, gruesas y suculentas. En ocasiones en el otoño aparecen pequeñas flores blancas, pero sólo cuando el árbol ha experimentado alguna sequía durante la estación. La madera es suave y verde cuando el árbol es joven, volviéndose roja o marrón a medida que envejece.
 
Guía de cuidados específicos para el Bonsái de Jade
Posición: El arbol de Jade es considerado como un árbol de interior en la mayoría de las zonas templadas, aunque puede cultivarse a pleno sol (y con temperaturas suficientemente altas) en el exterior. La temperatura ha de mantenerse a más de 5° C todo el tiempo. Necesita mucha luz o estar a pleno sol.
Riego: El Jade puede mantener grandes cantidades de agua dentro de sus hojas. He de regarse escasamente y debe permitirse que la planta se seque un poco entre riegos consecutivos. Durante el invierno debe regarse raramente, tanto como una vez cada tres semanas. El Jade no es tan especial o susceptible al exceso de riego, como lo son la mayoría de las suculentas.
Abonado: Abonar una vez al mes durante la estación de crecimiento (de primavera a otoño).
Poda: Al ser una suculenta, el agua se reserva en el tronco y las ramas; por lo que tienden a doblarse por su propio peso. El Jade responde bien a la poda, que debe hacerse de manera regular para forzar al árbol a que desarrolle ramas en la parte baja del tronco. No use pasta cicatrizante, su uso puede conducir a que se pudra el área de aplicación.
Trasplante: Trasplante el árbol al segundo año en la primavera, empleando una mezcla de suelo bien drenante. Después del trasplante no riegue el substrato durante al menos una semana. Esto permitirá que las raíces cortadas se sequen y creen un callo, de lo contrario estas se pudrirán.
Propagación: Fácil de propagar empleando esquejes durante el verano.